Vietnam Central. Da Nang - Quang Nam

1. Introducción y geografía básica del Vietnam Central.

El destino de mis prácticas/voluntariado era Vietnam Central. La ciudad más importante es Da Nang, la cual es moderna, tiene un paseo marítimo precioso, un buda colosal que se divisa como una aparición (y está localizado en un templo nuevo en la península de Song Trá) y otras atracciones de las que hablaré en breve. 
Da Nang se separó de la provincia de Quang Nam, y Quan Nam pasó a ser una provincia aparte, cuya capital, Tam Ky, es donde tiene la ONG la oficina y es una ciudad pequeña y un poco aburrida, pero no está lejos de Hoi An, la joya de la zona y que pertenece a la provincia de Quang Nam también. 
Hoi An es una ciudad pequeña y patrimonio de la humanidad. Es muy turística, ya que combina varios atractivos. Está en la desembocadura de un río, es una ciudad costera y dispone además de un casco antiguo que de noche parece de cuentos y que me dejó con la boca abierta mi primer fin de semana sola en Vietnam. 
Hoi An no está lejos de Da Nang y hay una carreterita de costa que conecta Da Nang con Hoi An y que me recuerda un poco a nuestra N-340 porque está igual de cerquita del mar y porque tiene muchos puntos para acabar siendo víctima de alguna burbuja inmobiliaria o al menos acabar llenas de resorts, áreas residenciales y campos de golf al estilo de la Costa del Sol. Ahora está en un punto intermedio. Ya hay grandes hoteles y un campo de golf, pero también sigue manteniendo su hermoso aspecto rural, sus comunidades de pescadores, sus chiringuitos para locales y otros chiringuitos para extranjeros - los expats de la zona - y para los vietnamitas más modernos. 
 Frente a la franja Da Nang - Hoi An se localizan unas islitas preciosas, las islas Cham (Cù Lao Cham o "isletas Cham" para los locales). En sus aguas hice mi primer curso de buceo para obtener el carné PADI. Son islas paradisíacas y medio vírgenes. Solo en la más grande hay habitantes (una pequeña comunidad de pescadores) y también es reserva militar, pues los mares de China están muy militarizados por el temor al gigante vecino China. Por eso me explicaron que si me quedaba un día en la isla no podría adentrarme en la selva pues es zona militar. Al menos pisé tierra firme en ellas y llegué a nado a sus playas, como luego os contaré en más detalle. Pero me quedé con ganas de quedarme una noche - algo que podría haber hecho con la agencia de buceo con la que contraté el curso - pero es que esa misma noche ya tenía otros planes en Hoi An. Así que eso queda para mi próxima visita. 
La provincia de Quang Nam es donde la ONG tenía su programa de desarrollo rural. Los tres distritos donde trabajamos son distritos mucho más pobres que las zonas de las que he hablado antes, pero no por eso menos exóticos y hermosos. Uno de los distritos es montañoso y tiene minas de oro que está siendo explotadas por alguna empresa canadiense. También es una zona con minorías étnicas desplazadas de sus asentamientos originales debido a un colosal proyecto de ingeniería hidráulica que tuve ocasión de ver casi terminado. Este distrito se llama Phuoc Son. Otro es el distrito de las tierras bajas que está en el camino a Phouc Son y tiene arrozales verdes, búfalos de agua y muchas casitas dispersas. Esta zona era preciosa (quitando las zonas con escombros o las zonas con edificios más pobres) pero siempre pasé en coche y no he podido hacer todas las fotos que me hubiera gustado. De hecho, no he podido hacer casi ninguna. Este distrito se llama Hiep Duc. 
Mapa de la provincia de Quang Nam
El último distrito donde trabajábamos era un distrito menos pobre por estar más cerca de Da Nang y por tener un importante tráfico de turismo y comercio asociado al turismo, ya que allí se encuentran las ruinas de My Son (que se leen mii son y no mai son, algo que irrita mucho a los vietnamitas) del antiguo reino hinduista Cham, unas gentes procedentes de la India y de piel más oscura que los Kinh (los vietnamitas actuales). My Son fue un lugar sagrado dedicado al culto y el retiro espiritual. Sirvió de base para los batallones del Viet Cong y creo que parcialmente destruido por los americanos. Está en medio de la selva, es un lugar mágico que me hubiera gustado visitar a solas (para la próxima vez también) y está siendo restaurado, en parte gracias a la cooperación italiana. 
Creo haber visto vestigios de ruinas Cham cerca de Tam Ky. Una vez en el coche creí haber visto algo, pero tendría que investigar más. No obstante, no es de extrañar, pues ruinas del reino Cham hay por toda la zona central de Vietnam. 
Mi residencia, como ya os comenté, la tuve en la ciudad de Tam Ky. Viví con una familia vietnamita que me acogió cálidamente y me cuidó como una más de la familia. 
Tam Ky es una ciudad de reciente construcción (no me atrevo a decir moderna, pues su aspecto es mucho más pobre que el de Da Nang) y el prototipo de ciudad aburrida sin atracción especial. Tiene un trazado recto y calles muy anchas, y no es fea aunque tampoco muy bonita. Tiene un supermercado grandecito y una zona con más bullicio de comercios. Por lo demás es una ciudad muy tranquila excepto por el ruido del tráfico (al que me tuve que acostumbrar a la hora de dormir) que tiene la parte de la ciudad que está pegada a la arteria principal que conecta Hanoi con Saigon (Ho Chi Minh City) y que tiene mucho tráfico pesado de camiones y autobuses. Paralelamente también está la via del tren. La vía de ferrocarril que conecta el norte con el sur. 

2. Primer destino de fin de semana: Hội An

Llegué a Hoi An un viernes por la noche. Me llevó el chófer de la ONG después de llevar a mi jefa al aeropuerto de Da Nang. Fuimos por esa carreterita de costa de la que hablé antes. Este señor me cuidó muy bien, me acompañó al hotel que otro compañero vietnamita de la ONG me había ayudado a reservar por teléfono y vimos si me gustaba o no. Sí me gustaba. Era el Greenfield Hotel, que estaba cerquita del centro histórico y tenía habitaciones bonitas y bien equipadas. Esa noche pagué 35 dólares. La noche siguiente me alojé en otra más barata (21 dólares) que también era más modesta y oscura, pero estaba limpia. 
Hoi An, centro histórico
Allí me quedé sola ese primer fin de semana en Asia. Ese primer fin de semana descubrí el encanto de Hoi An de noche. De noche es una ciudad de cuentos. Es mágica. Pero mi cámara de fotos es muy sencilla y no pudo captar todo el encanto. Hoi An está iluminada con faroles de colores y en el río se depositan candiles flotantes de papel que iluminan el río. Desconozco el sentido cultural de esta tradición pero me resultó muy llamativo. 
En Hoi An también pude conocer a algunas personas expatriadas muy majas. Especialmente un ingeniero industrial español que estaba destinado cerca de Tam Ky, en una refínería de petróleo que se acababa de construir de manos de un consorcio internacional en el que participó la empresa española Técnicas Reunidas. Gracias a él, que me recogió durante un mes en Tam Ky para ir los fines de semana a Hoi An y a la playa, pude descubrir Hoi An y sus alrededores mucho mejor de lo que yo hubiera podido sola. Me descubrió muchos secretillos de expatriados, como la mejor playa de la zona, los mejores chiringuitos de playa y los mejores restaurantes del centro histórico. 

2.1. El mejor alojamiento cerquita de la playa
 hhhh
También, gracias a este ingeniero, descubrí el alojamiento más económico y con más encanto de toda la zona. Y no penséis que era cutre. En absoluto, todo lo contrario. Es una casa moderna, de reciente construcción y con estándares neozelandeses, que estaba situada en el campo, a 20 minutos en bici de la ciudad de Hoi An y en un sitio precioso, muy cerca de la playa An Bang Beach. Se trata de la guesthouse "Huyn Trà Quế".
La dueña de la casa guesthouse es una señora vietnamita de Saigón con mucha mundología y con un carácter fuerte. Ella vive en la misma casa con su hijo, que según me contó, está a punto de ir a la universidad. El alojamiento es en ese sentido un tanto atípico pero merece la pena por que es exactamente bueno, bonito y barato y yo añadiría que auténtico. Los turistas no lo conocen porque la mujer no se da mucha publicidad. Creo que lo de alquilar habitaciones es un extra, porque tiene otro trabajo. La habitación cuesta 15 dólares y te preparan desayuno. No ponen toalla limpia en el cuarto de baño, pero por lo demás, el cuarto de baño es muy moderno y está muy limpio.
An Bang Beach, Islas Cham en el horizonte
La dueña de esta casa, pese a su carácter fuerte y peculiar, es muy amable. A mí me recogió en moto una vez desde donde me dejaba la línea de autobús Tam Ky - Da Nang, la parada más cercana a Hoi An, que está como a 10 km. Se lo cobró a su manera (no me dio el cambio una vez le pagué los dos días que me quedé, pero vaya, se quedó quizás con unos 10 de más. Pese a que en ese momento me sentó mal, he de reconocer que la mujer me había llevado y traído en moto en diversas ocasiones y me había dado de almorzar y cenar en dos ocasiones.) La casa también tiene bicis que puedes usar sin pagar aparte. 
2.1.1. Sobre mi primera visita a templos y monasterios budistas 
Aquí me alojé en 3 ocasiones diferentes. La primera de ellas fue la noche de un sábado al domingo. Cuando me levanté me pusieron de desayunar y luego esperé un rato para que me acercaran en moto a la playa An Bang Beach, pero al rato me dijeron que me llevaban a ver templos budistas y esta mujer y su novio me direon un tour por varias pagodas, en las que morí de vergüenza porque iba en pantalones cortos para la playa, algo de muy mala educación en la cultura budista, ya que para entrar al templo hay que cubrirse piernas y brazos. Yo avisé que no llevaba la vestimenta adecuada, pero la mujer insistió y hasta estuvimos tomando té con el monje más anciano de uno de los monasterios budistas que visitamos. Este señor no hacía más que sonreir y no prestó atención a mi vestimenta. Sin embargo, sí que tuve que soportar la mirada severa de alguna monja mayor de cabeza rapada. Desde entonces procuré ir bien vestida a las pagodas budistas. 

2.1.2. Cuando hice el curso PADI Scuba Dive
 
La segunda ocasión, la estancia más larga en la susodicha casa guesthouse cerca de la playa, fue cuando fui a hacer el curso PADI de buceo a las islas Cham en un puente de 4 días que tuvimos a principios de septiembre y que también coincidió con la fiesta de despedida de Alberto, el ingeniero español que ya se nos marchaba...  

Vista frontal desde la guesthouse Huyen Tra Que, en el campo cerca de An Bang Beach.

El primer día de curso tenía que ir al centro de Hoi An a recibir las clases teóricas y la dueña de la casa me llevó en su moto hasta allí sin cobrarme por eso (de ahí que la vez que se quedara con 10 dólares o así de más, se estuviera cobrando todos estos favorcillos y facilidades de transporte). 
Para más información sobre el curso ver: Islas Cham

2.1.3. Después de que Alberto el ingeniero se marchara 

Después de que Alberto se marchara, tuve que trabajar un fin de semana en un proyecto de traducción que me ayudó en el coste de esta aventura y para trabajar, elegí volver de nuevo a esta singular casa por varios motivos. 1. Porque estaba cerca de la playa, 2. Porque la habitación está bien amueblada (tiene un escritorio muy decente), tiene buena iluminación cálida (estándar neozelandés seguro, porque los vietnamitas usan fundamentalmente luces de neón) y 3. porque la paz que se respira en ese sitio es digna de ser disfrutada cuando tienes que concentrarte en trabajar. Además, tiene aire acondicionado y red Wifi (la red Wifi de la señora de la casa, ¡Es que es su casa!). 

Huerto de lechugas y hortalizas. Vista lateral de la guesthouse Huyen Tra Que
Así que durante la tarde-noche pude trabajar allí y al día siguiente me fui a trabajar a un precioso bar muy chill de An Bang Beach, el Soul Kitchen.

Vistas al anochecer desde la habitación de la misma guesthouse.





Durante ese fin de semana hice otro amigo expatriado. Esta vez era un arquitecto coreano, Ju Mo Koo, que trabajaba en Da Nang y se venía los fines de semana en su moto y con su perro a An Bang Beach. 
Lástima que no caí en hacerle fotos a la habitación por dentro, porque como digo, este sitio es de los que solo se descubre sobre el terreno, del boca a boca. La mujer, que yo sepa, no tiene página Web ni se hace mucha publicidad. Yo por suerte conservo mi tarjeta SIM de Vietnam y además tengo una tarjeta de visita del chiringuito de pescado de su hermana en An Bang Beach. 


Localización de la guesthouse Huyen Tra Que. Mapa de la tarjeta de visita de la Sra. Huyen. 

Dirección: Tổ 1, Trà Quế - Cẩm Hà - Hội An (nota: dirección escrita en vietnamita para mayor claridad en caso de dar instrucciones a un taxista o chófer de la zona)
Teléfonos: +84 (0)5103950899 y +84 (0)908362067

2.2. An Bang Beach

Como véis en el mapita más arriba, a An Bang Beach se llega por la carretera Hai Ba Trung (salimos desde la Hai Ba Trung street) si salimos desde Hoi An y por la carreterita de costa que conecta Da Nang con Hoi An, si venimos desde Da Nang.
Esta playa es de arena blanca, de agua cálida y está llena de vida. En ella se mezlcan pescadores de la zona, chiringuitos occidentales, playeros vietnamitas que juegan al voley-ball o que sencillamente van de playeo y merienda por la tarde (los vietnamitas evitan las horas fuertes de sol. Para ellos, el canon de belleza está en la piel blanca: cuanto más blanca, más bella). También la frencuentan algunos turistas, algunos surferos y muchos expatriados que se recrean en la zona.
En An Bang Beach están dos de mis chiringuitos favoritos: el Beach Bar Soul Kitchen y el Beach Bar francés "Banyan" o Le Banyan Bar que también tiene una escuela de Kitesurf. 
Soul Kitchen. An Bang Beach
En el Soul Kitchen fue donde más horas pasé, ya que repetí con Alberto y sus amigos, con unas amigas que vinieron a verme y también sola cuando me tocó hacer la traducción y elegí este lugar para trabajar. Allí encontré el rincon perfecto con la suficiente oscuridad como para poder trabajar en el ordenador pero con las vistas al mar y mi café con yogur (Sữa chua cà phê), un exquisito batido de café y yogur que había probado en Tam Ky y que añadí a la carta de este chiringuito. Si lo pedís, seguro que se acordarán de que fui la primera persona en pedir esa especialidad, que pese a ser vietnamita, algunos no la conocen. Allí lo hacen grande, con hielo granizado y riquísimo. También tienen una cocina excelente y una relación calidad/precio excepcional. 
Quedó pendiente ir al mercado con una de las socias vietnamitas de Soul Kitchen. Ella va habitualmente y la comida que allí sirven es fresca. El menú lo cambian cada día y lo apuntan en una pizarra. 
El personal es muy amable. Algunos de ellos son europeos. Otros son lugareños. Pero todos te atienden muy bien. Si vas varias veces, acabas sintiéndote en familia. A Alberto y a mí nos guardaron muchas veces las cosas mientras íbamos a pasear por la playa. 
En la zona hay otros restaurantes occidentales, entre ellos una pizzería italiana con horno de piedra y también hay restaurantes de marisco muy sencillitos y frencuentados por locales. Pero yo recomiendo que a los sitios locales se vayan con locales. Sobre este tipos de sitios hablaré cuando hable de Tam Ky y de la comida vietnamita.
An Bang Beach aún no está rodeada de ningún hotel ni resort ni área residencial. Pero hay carteles que indican que se proyectan grandes cambios en la zona. Especialmente uno sobre la construcción de una gran zona residencial. 
An Bang Beach

La playa más turística es Cua Dai Beach. A mí no me gusta tanto, porque está más masficada y los vietnamitas te acosan más al reconocerte como turista. Es la playa que viene en todas las guías. Pero tiene algunos inconvenientes. Por ejemplo: para dejar la bicicleta tienes que pagar inevitablemente por que te la vigilen. No puedes dejarla libremente donde mejor te parezca. En An Bang beach yo dejaba la bicicleta de la guesthouse en los mismos chiringuitos donde iba a comer, que casi siempre era el Soul Kitchen. Allí son muy amables y no tienen inconveniente en guardarte la bici en su zona. 
Tumbona de Soul Kitchen con mi toalla y mis cosas
Otra diferencia entre An Bang Beach y Cua Dai Beach es que, si eres cliente de Soul Kitchen u otro local similar, las tumbonas de la playa son gratis. En Cua Dai no. En An Bang Beach no hay normalmente saturación de clientes que quieran usar las tumbonas y siempre podrás usarlas si los de allí te conocen. Es una gran suerte no tener que cargar con sombrilla y poder disfrutar incluso de algún colchoncito bajo la sombra de paja. 
El agua es muy cálida y transparente y en la arena abundan los cangrejitos que corren y corren y se te cruzan cuando vas de paseo. 
En An Bang Beach he paseado mucho. He paseado sola y acompañada, cuando caía una poderosa tormenta y cuando caía el sol. He visto a algún que otro monje budista pasear por allí y me he cruzado con gente muy simpática. La sensación de peligro no existe más que cuando caen los rayos de las tormentas. Es la única vez que sentí miedo. 
Y hablando de tormentas y a modo de conclusion, he visto alguna que otra tormenta espectacular de noche mientras tomaba algo en Le Banyan Bar. Un espectáculo verdaderamente alucinante, tormentas tropicales extrañas para nosotros, los españoles. Sin embargo y por suerte para mí, esas tormentas eran tan bravuconas como efímeras. Al día siguiente volvía a lucir el sol. 
An Bang Beach no venía recomendada en mi guía. Fue otro descubrimiento que le debo a Alberto el ingeniero español. 
2.3. Islas Cham (Cù Lao Cham)

En las aguas de estas islas hice mi primer curso de buceo (PADI Open Water Dive Course). 
El curso duró tres días, dos de los cuales viajamos en barco hasta estas islas. 
Solo la isla más grande está habitada. 
El curso lo hice con Cham Island Diving Center la escuela más antigua de Hoi An y que viene recomendada en todas las guías. Lodovico, el italiano que la regenta, lleva muchos años viviendo en Hoi An. 
En el curso de buceo hacíamos dos inmersiones durante la mañana y a la hora de comer viajábamos a la isla más grande para desembarcar en una playa gigante de arena blanca. En los flashbacks que dicen que uno tiene antes de morir, estoy segura que no faltará mi salto al agua desde el barco para ir a nado hasta la playa. Tuve la increíble sensación de estar en la isla de la serie "Perdidos". 
Isla Cham. Justo antes de saltar al agua para ir a nado hasta la orilla.
En realidad, con respecto a las Islas Cham me han quedado varias cosas pendientes: Fundamentalmente, quedarme una noche allí. Con la escuela de buceo tenía esa opción, pero esa misma noche era la fiesta de despedida del ingeniero español y no podía faltar. También me quedó pendiente visitar la comunidad de pescadores. Hay organizaciones que ofrecen una visita a las islas Cham y pasar la noche allí con los habitantes de allí. La verdad es que me hubiera gustado poder visitar la Isla con Karma Waters. Pero eso también ha quedado en la lista de cosas pendientes para volver a Vietnam. 

2.4. Hoi An: especialidades culinarias

Hablar de Hoi An implica hablar de su plato estrella: el Cao lầu. Es un plato equilibrado y exquisito en texturas, aromas y nutrientes. Combina diversas sensaciones a la vez. La base son unos fideos de arroz ahumados, gordos y chiclosos que son típicos y exclusivos de Hoi An. Además tiene láminas de carne de cerdo, hojas verdes con aromas diversos, del que recuerdo uno que era similar al sabor del regaliz. También tiene chile rojo, brotes de soja, chips de arroz saladitos y crujientes y un caldo sabroso que puede que lleve salsa de soja. La receta aún no la controlo. Pero además es que es imposible de realizar fuera de Hoi An, por la exclusividad de sus fideos de arroz y otros ingredientes. 
El mejor Cao Lao lo probé en el Restaurante The Mermaid, en el casco histórico. No se dejen engañar por su sencillez. En este restaurante se come divinamente por unos precios increíbles. Viene recomendado en las guías, pero además lo recomiendo yo como una cita obligada si visitas Hoi An. The Mermaid es uno de los restaurantes más antiguos de Hoi An y viene recomendado hasta por el New York Times. Su dueña es una celebrity local, famosa por su cocina y por su éxito como mujer emprendedora. Tiene un libro magnífico de cocina que recopila muy bien, muchos de los ingredientes y secretos de la cocina vientamita y contiene muchas de las recetas que ha desarrollado esta señora. El libro en cuestión es el Taste Vietnam. The Morning Glory Cookbook. El libro se puede ojear en sus restaurantes, del que yo destaco The Mermaid, por su increíble Cao Lau, sus increíbles precios y sus zumos naturales. Un último consejo: El Cao Lao lo probé por primera vez acompañándolo de un zumo de fruta de la pasión. La combinación resultó perfecta. 
En Hoi An también es muy común comer un filete de atún troceado (para poder comerlo con palillos) servido en hoja de banana. El atún va bien cocinado en ajito y otras especias y está muy rico. 
En Hoi An se puede comer muy bien. Pero la mayoría de los sitios son muy turísticos. Hay un restaurante italiano muy bueno, que tiene unos helados riquísimos. El dueño es un alemán afincado allí. Pero no deja de ser un sitio occidental más.

2.5. Porqué Patrimonio Histórico de la Humanidad según la UNESCO 

Salón de casa de mercader en Hoi An
Hoi An fue un importante puerto comercial hasta el siglo XV al XIX.  Tal y como resume la UNESCO, Hoi An es un ejemplo muy bien conservado de una ciudad portuaria del sureste asiático desde el sigo XV al sigo XIX. Sus edificios y el trazado urbano reflejan las influencias autóctonas y extranjeras que se han mezclado y que tienen como resultado este patrimonio único.
Entre sus edificios históricos destacan las casas de mercaderes con influencias japonesas, chinas y también vietnamitas, el puente japonés de madera con un pequeño templo en su interior y las casas asamblearias de las diversas comunidades chinas residentes en la ciudad.
2.6. Otros atractivos de Hoi An: ciudad de sastres y maestros de la cocina
Desde que el turismo se ha popularizado en la zona como destino turístico, han proliferado las vistosas sastrerías y también los restaurantes que ofrecen clases de cocina.
No tuve ocasión de ir a ninguna clase de cocina pero sí me hice algo de ropa y tres pares de zapatos. 
En cuanto a la ropa, mi recomendación es no dejarse llevar por la vista, regatear todo lo que se pueda, preguntar por sitios que tengan buenas referencias y a ser posible, ir acompañado por un local y dejar bien claro que eres un cliente que podría fidelizarse (en caso de que se esté por allí no solo de vacaciones).
Para hacerse un vestido tradicional - un Ao dai - o una variación del mismo a tu gusto, recomiendo a todos aquellos que estén en Vietnam en una situación similar a la mía (de expatriado con alguna empresa, ONG, o bien pasando una temporada de voluntariado o algo similar) que evite hacerse estas cosas en Hoi An. En Tam Ky, donde no llega el turismo, me hice yo un ao dai de seda precioso que en total (tela de seda y realización del vestido) no me costó más de 15 euros. Hoi An es más caro y la calidad a veces deja que desear porque está muy enfocado al turista, que normalmente no tiene ocasión de volver a reclamar.
Yo en boda vietnamita con vestido de lunares hecho en Hoi An
Con mi áo dài, vestido típico de seda. Hecho en Tam Ky
2.7. Alojamiento visitado en Hoi An (Resumen) 

1. Greendfield Hotel: (423 Cua Dai St., Hoi An) No está mal, pero no es especial ni está en el centro. Tiene piscina y las habitaciones están limpias. El personal es muy amable.

2. An Huy Hotel: (30 Phan Boi Chau St., Hoi An) Aunque es un poco más caro, yo lo recomiendo. Aquí estuvimos cuando vinieron unas amigas. Está en el corazón de Hoi An, en la zona colonial francesa, muy cerquita del mercado y del río. Está en excelentes condiciones. Es de estilo colonial y no me parece caro si se comparte habitación.


Zapatos que me hicieron a medida en Hoi An
3. Guesthouse Huyen Tra Que: Ya he descrito bastante bien este alojamiento. Es muy económico pero a la vez muy interesante si se busca un lugar tranquilo en el campo y cerca de la playa. Tiene estándares europeos en cuanto a cuarto de baño, muebles, y tipo de construcción. Sirven desayuno, pero no se puede escoger, te sirven lo que haya ese día. Unas veces puede ser un desayuno más a lo vietnamita y otras veces más al estilo neozelandés. Implica una cierta convivencia con los dueños, pero también te ofrece mucha tranquilidad y libertad porque tienen bicicletas y/o te llevan y traen en moto. Es ideal para viajeros que vayan solos y quieran alojamiento económico y contacto con locales.

3. Da Nang 

Da Nang es la ciudad más importante de la región central. Tiene un aeropuerto "internacional" (hasta ahora el único vuelo internacional que funciona es Da Nang - Pnom Penh) que conecta fundamentalmente con Hanoi y con Saigón. Se está construyendo un nuevo aeropuerto que quizás responda mejor al concepto de aeropuerto internacional.
Da Nang tiene un paseo marítimo magnífico y las playas son de arena blanca y están muy cuidadas.
Museo Cham. Da Nang.
Al norte de la ciudad está la península de Son Trá (se pronuncia Son Chá) que es de un intenso verdor porque está cubierta de selva. Allí hay un templo budista nuevo con un buda gigante que se ve desde muy lejos. De esta zona fue lo único que visité.
En Da Nang está el museo de la civilización Cham, la misma civilización originaria de la India que habitó Vietnam central antes de la conquista de los Kinh (la mayoría étnica vietnamita procedente de China) artífice del santuario de My Son, que está en medio de la selva en el distrito de Duy Xuyen en la provincia de Quang Nam.
La visita a este museo complementa muy bien la visita al santuario. Las piezas están bien conservadas y son de excepcional belleza.
Muchos lo consideran una "turistada" pero yo no estoy de acuerdo. Las Montañas de Mármol (Marble Mountains) es un templo budista, con enormes budas de mármol en cuevas y grutas naturales. Es un templo precioso, digno de ser visitado.
En Da Nang también se puede salir por la noche. Hay algo de vida nocturna, pero se acaba pronto. He salido en Da Nang pero como me han llevado, no tengo la información necesaria para indicar dónde estuvimos.
Museo Cham. Da Nang
En cuanto a alojamiento, Da Nang tiene muchos hoteles sencillos y muy baratos en Tran Phú St., una calle paralela al paseo que hay junto al río. Cuando vinieron mis amigas de visita, elegimos un hotel muy gracioso y original con suelo de madera y camas tipo tatami con buenos colchones (en Vietnam la mayoría de las veces, los colchones son muy buenos). No era nada especial, pero estaba limpio y la habitación era muy agradable. El baño es al estilo vietnamita, es decir, con WC, lavabo, un grifo de ducha y un sumidero. Tiene agua caliente con tecnología alemana.  Nos quedamos las tres en una habitación por el increíble precio de 4 € cada una. Es decir, por la habitación pagamos 12 euros. El hotel se llama Daisy Hotel. La página Web no está en inglés, ni el personal habla mucho inglés. Pero por lo demás, es un excelente alojamiento para viajeros de poco presupuesto.
En otra ocasión, me alojé en el Indochina Da Nang Hotel, un hotel de 3 estrellas situado cerca de la mejor zona de paseo marítimo y playa y es un hotel muy moderno y muy agradable.

4. Tam Ky 

En Tam Ky no es habitual que haya extranjeros. Es la capital de la provincia de Quang Nam y es ciudad de paso en la ruta Norte-Sur. Pero a veces existe la rara excepción de que algunos extranjeros nos quedamos por allí, por motivos de trabajo.
Ese era el caso de un empresario malayo que conocí en el barco de la empresa de los cursos de buceo. Él era el gerente de una fábrica de automóviles de la zona y residía en Tam Ky al igual que yo.
También conocí a un español de Alicante que tenía una fábrica de calzado en esa ciudad y se alojaba en el Le Dung, un hotel de 3 estrellas y el único más occidental que hay en toda la ciudad. Este hotel tiene una magnífica terraza y es el único sitio donde puedes tomarte una cerveza fría de nevera sin necesidad de echarle un cubito de hielo (ver primer día de voluntariado).

4.1. La experiencia culinaria en Tam Ky acompañada de mis amigos vietnamitas: 

La cocina del hotel Le Dung es vegetariana y tienen algunos platos muy ricos y muy bien de precio, que consumí regularmente cuando me tocaba comer sola y no me apetecía la comida callejera. No obstante, lo mejor si estás en Tam Ky, es salir a comer comida vietnamita con los compañeros de trabajo a los locales vietnamitas. Si vas con ellos, no hay que asustarse por lo modesto y cutre que puedan ser los locales. He de decir que he comido regularmente en sitios así y que la comida es fresca y no he padecido problemas de diarrea, dolor de estómago ni infección alguna. Claro está, los propios vietnamitas tienen sus costumbres particulares cuando llegan a un sitio a comer. Suelen llevar servilletas o usar servilletas del local para limpiar los palillos antes de comer. También enjuagan habitualmente los vasos de té, porque - como descubrí algún tiempo después -los vasos del té no los lavan!! Cuando lo descubrí, dejé de beber té aunque llevara mis servilletas. Pero he debido de tener suerte, porque de Tam Ky he salido sana como una pera. No me puedo quejar. La cocina vietnamita es muy sana y no he tenido ningún contratiempo relacionado con mi salud. Mi estómago, pese a ser delicado, respondió bien al cambio de dieta y a los nuevos ingredientes. También tengo que decir que me acostumbré muy bien a almorzar con arroz hervido como base alimenticia. Hecho como lo hacen ellos en la olla eléctrica o mejor todavía: al baño maría en cazuela de barro y con la típica salsa de pescado seco (una salsa salada de pescado que se suele complementar con ajito y chili rojo picado) para sazonarlo cuando prefieres comerlo solo, es un alimento del que no te cansas. Y yo estaba muy preocupada con lo de comer arroz todos los días, porque en España no soy muy amante del arroz ni de la paella. Pero al final no resultó ser ningún drama.
En la zona he probado muchísimos platos de la cocina vietnamita, de la cual destaco el pescado asado comido con hojas de wasabi o sencillamente con verdurita. Los vietnamitas son unos maestros haciendo pescado al horno. Sencillamente, para chupar los palillos de rico que salen.
Otro plato singular y que les encantaba a mis compañeros, era el pollo campero (pollo recién sacrificado) con hojas verdes ácidas y cebolla. Los restaurantes que lo sirven están especializados en el plato y básicamente es lo único que sirven. El pollo se sirve troceado, pero se sirve todo: cabezas y patas incluídas. La primera vez que vi la cabeza del animal en la bandeja me iba a dar algo. Pero luego me acostumbré (aunque evitaba mirarlo) y la carne me resultaba mucho más buena que la carne de pollo de supermercado a la que estamos desgraciadamente acostumbrados en España y los países occidentales. El pollo va acompañado de una sopa de vermicelli viscoso, hechos de un tubérculo cuyo nombre desconozco y que incluía las vísceras chiquititas del pollo. La verdad es que las vísceras solía apartarlas porque eso ya era mucho para mí, pero la sopa estaba deliciosa.
Tam Ky. Parque frente al Le Dung Hotel (Tran Phu street)
También disfruté mucho de las muchísimas variedades de sopas de noodles frescos de arroz, el famoso Phở entre ellas, y otras muchas, de entre las que también recuerdo una que servían en una modesta casa en el camino a Da Nang y que era de noodles de arroz frescos - muy finos - de pescado y muy picante. Eso, naturalmente, con sus hierbas, hojas verdes, brotes de soja crudos y lima, que suele añadirse a las sopas justo antes de consumirlas. Esta sopa de pescado en cuestión, se cocinaba en la misma mesa de los clientes. Nos daban un trozo de cera y lo prendíamos y se iba terminando de hacer la sopa con toda la suerte de hojas verdes y vegetales añadidos. La sopa era para repetir dos o tres veces: riquísima.
Gran buda en la pagoda del centro de Tam Ky
Phở fuí a comer sola también algunas veces. Un cuenco de sopa más el plato de hojas y vegetales típico que acompaña valía unos 50 céntimos de euro. Así que resultaba una excelente opción de cena cuando me tocaba comer sola en Tam Ky. Además es una sopa muy rica de que no te cansas.
Por último, tengo que destacar los lugares de la playa (Tam Ky está cerca de la playa) donde se come marisco y pescado fresco. Una vez nos invitaron a comer nuestros socios del gobierno local a uno de esos chiringuitos y aluciné con el pescado y el marisco. Langostinos enormes y deliciosos. Láminas de pescado servidas sobre bolsa de hielo y que se comían en una hoja de wasabi (la hoja de wasabi parece una hoja de lechuga, pero es mucho más aromática porque es picante y sabe naturalmente, como la pasta de wasabi japonesa) y otras cosas que no recuerdo. Sólo recuerdo que comí mucho, que me encantó y que éste era uno de esos sitios que mantienen al pescado y el marisco vivo en palanganas con agua hasta que viene el cliente a elegir y comer.




Chiringuito de playa cerca de Tam Ky. Ideal para comer marisco fresco.

Bolsa de hielo sobre el que hay láminas de pescado. Detrás, la hoja de wasabi a la que me refería.

Bolsa de hiejo sobre la que había láminas de pescado crudo. Mmmm. A la izquierda lata de cerveza Larue, la cerveza de Da Nang. Los vietnamitas suelen beber la cerveza del tiempo y con hielo.

 
El marisco vivo en las palanganas, antes de ser consumidos por los clientes.
 
4.2. Alojarse en Tam Ky:

Resulta anecdótico y serio que los extranjeros lo tienen difícil para alojarse en una ciudad sin turismo como Tam Ky si no es en un hotel. Mi presupuesto de voluntaria no me daba para quedarme casi cuatro meses en el hotel Le Dung. Ni siquiera en otro más modesto.
Así que no tenía más remedio - además de mucho interés - en encontrar un alojamiento en alguna casa o piso. Las primeras opciones que me mostraron, me resultaron muy desagradables. Una casa de huéspedes muy oscura y fea. Yo venía dispuesta a casi todo, pero aquello ya era demasiado para mí. Por suerte, en ese sitio no podía quedarme porque era un sitio para locales y la policía podía darles problemas por alojar a una extranjera.
Nadie tenía fácil poder ofrecerme alojamiento en su casa, porque la policía podía buscarles las cosquillas. Esa es una de las particularidades del régimen de partido único, que no tienen mucha razón de ser pero que sencillamente pasan.
Al final tuve suerte: si no puedes con "el enemigo", únete a él. Acabé residiendo en la casa de una familia, en la que el marido era policía y la mujer trabajaba en la gestión de una asociación de cooperativas agrícolas. La casa estaba en buen estado, aunque en verano hacía un calor insoportable en ella. Era una casa nueva, bonita, en la "zona residencial" de Tam Ky: es decir, en las afueras, donde se veían las casas más vistosas de la zona. La familia era una familia magnífica. Me adoptaron como una más y me llevaron a casa de los abuelos, a dos bodas y me invitaron a comer con ellos en repetidas ocasiones. Fueron muy generosos y muy amables conmigo.
Me tocó dormir en una cama tradicional vietnamita, con un tatami de madera y una esterilla de un material parecido al esparto. Por eso tuve que completarla con una colchoneta parecida a las de las tumbonas de la playa que me costó unos 20 dólares.
Tenía mi propio cuarto de baño al estilo vietnamita. Básicamente un wc, un grifo de ducha y un sumidero en el suelo. Las paredes del baño de azulejos, naturalmente. La verdad es que un baño así es muy fácil de mantener limpio. También tenía un pequeño estante de plástico para colocar mis enseres de baño y una palangana que me servía para todo: me hacía las veces de lavabo para lavarme la cara y los dientes y también - después de un lavadillo - la usaba para recoger la ropa de la lavadora. En la casa - la cual a mi parecer, reflejaba muy bien el nivel de vida de una familia vietnamita de clase media - había nevera marca toshiba, tv, lavadora marca samsung (los electrodomésticos coreanos son electrodomésticos estrella en vietnam, como pueden serlos los de marcas alemanas en España) y un portátil de marca desconocida para mí. Internet tenían con un módem de esos de usb. En Vietnam funcionan muy bien. Yo también usé uno. Las telecomunicaciones funcionan muy bien en todo el país. Esa es la impresión que yo tuve.
La familia tenía dos motos. Los coches están reservados a las clases más pudientes. Así que en moto se desplazaba toda la familia. Al tiempo me animé yo también a usar una moto y acabamos teniendo 3 motos en la entrada de la casa.

La casa de la familia vietnamita con la que viví


Mercado de abastos de Tam Ky. Puesto de frutas y verduras

5. My Son (distrito de Duy Xuyen) 

Como decía, My Son es un santuario en ruinas de la época Cham o Champa, un pueblo de religión hindú que dominó Vietnam central hasta el siglo XIX.
My Son
El santuario fue parcialmente destruido y bombardeado durante la guerra. No obstante, aún conserva su grandeza y hace que visitar este sitio sea una experiencia inolvidable. No obstante, me gustaría recalcar dos cosas: Se satura de turistas. Mi guía recomendaba contratar a un motorista que te llevase bien temprano por la mañana. Me parece recomendable para evitar el calor sofocante que hace cuando no es época de lluvia, pero sobre todo, para evitar tener que visitar los templos llenos de turistas. El sitio tiene un importante halo místico y mágico. Son santuarios hindús preciosos rodeados de selva. Pienso que una visita a solas debe ser una experiencia muy interesante.

My Son



 6. Viaje a Hué en tren desde Da Nang


El segundo fin de semana en Vietnam decidí salir a visitar Hué, la antigua capital de Vietnam hasta la última dinastía Nguyen, ya en el siglo XX. 
Hué es famosa por su Ciudad Prohibida, que tiene cierta similitud con la de Pekín y que es en cualquier caso, un palacio espectacular. 
Playa vírgen vista desde el tren en el trayecto Da Nang - Hué. Atardecer.
Hué es grande y ruidosa. Para mi gusto, un poco maltratada al estilo de Torremolinos, llena de hoteles muy grandes y muy feos. Pero por suerte, eso no afecta a la zona histórica. 
Pero volvamos al viaje. El viaje lo hice en bus hasta Da Nang (desde Tam Ky) y desde allí tomé el tren a Hué. El tren es viejo y va bastante lento, pero teníamos aire acondicionado. Las playas vírgenes y el paisaje costero por el que transitamos me dejó alucinada. 
En Hué hice y visité todo lo que pude, pero fue poco porque el calor era tan sofocante que me quedaron pocas horas para hacer visitas. Para visitar la ciudad prohibida me levanté a las 6:00 de la mañana (ya había salido el sol a esa hora) para poder llegar antes de las 7:00 y empezar la visita antes de que el calor la tornase en una pesadilla. 
Parque a orillas del río del Perfume. Hué.
Me hubiera encantado volver para visitar los mausoleos que hay repartidos por las carreteras de la zona y para volver a la ciudad prohibida a hacer fotos, pero no pudo ser. 
Por lo demás, para pasar un fin de semana tranquilo, Hoi An me parecía mucho mejor que Hué. Con eso no quiero decir que Hué fuera feo. Hué tiene muchos parques preciosos y mucho donde pasear. Pero le falta la tranquilidad de otras zonas como An Bang Beach o la propia Hoi An, donde no se puede pasar con moto o coche al casco antiguo. 




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